El letrado de las Cortes Generales y catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad Rey Juan Carlos, Enrique
Arnaldo Alcubilla, dedica un obituario, en el diario de La Ley Nº 9374, sección crónica del 11 de marzo de 2019, a 'José Pedro Pérez-Llorca. Hombre de Estado, amigo y
maestro'.
Proveniente de la izquierda en la Universidad fue fundador y
actor principal del centro-centro de la UCD para recalar en el centro-derecha
heredero de los principios y valores que defendió en el partido de Adolfo
Suárez, en los Ministerios de que fue titular, en la portavocía en el Congreso
de los Diputados, y, por encima de cualquier otra encomienda, como ponente
constitucional.
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Un hombre de Estado, al servicio del Estado. Que
fácil sumarse ahora a los elogios, José Pedro, cuando no pocos de los que lo
hacen pisotean o ningunean tu legado, ni mas ni menos que la Constitución que
construiste como obra intemporal de la España integradora e integrada que
ansiaba el pueblo español. Te has ido doliéndote España, contemplando que unos
pocos quieren arruinar la España de todos. Nos hemos quedado un poco más
huérfanos pues voces como la tuya -es verdad que tu timbre no tenía ya la
potencia de tu etapa de “Zorro plateado”- son escasas, pero cada vez más
imprescindibles. Tenías legitimidad y tenías conocimiento.
Estoy aun impresionado, José Pedro. He de confesarte mi
admiración y sobre todo agradecerte tu magisterio. Éramos compañeros Letrados
de las Cortes Generales y eso nos ligaba, pero siempre me sentí tu discípulo A
nuestros almuerzos siempre acudía temprano, para no perderme nada, para
disfrutar de lo que contabas, de lo me que respondías (ya sabes que soy
preguntón sin remedio). Me hubiera gustado tomar nota o llevar una grabadora.
Descuida que no lo hice. Leí hace unos días una frase de un biógrafo de Stefan
Zweig: “quien se consagró a la idea europea, a una Europa culturalmente unida”.
Me sirve también para recordarte. Ahora bien -si me permites- creo que te
consagraste a la idea europea, por supuesto, pero sobre todo a la idea del
Derecho, de la supremacía del Derecho, que es el único que nos puede hacer
libres e iguales.
Te has ido, José Pedro, y estoy conmocionado -por supuesto
tus Cármenes, tu Pedro, tus nietos- pero me siento privilegiado por un regalo
que me hiciste. El año pasado fue un sin parar, de acto en acto en homenaje a
nuestra adorada (y, repito, por no pocos maltratada) Constitución. En todas
partes te requerían, y fuiste..., escribiste… y hablaste. La última vez, por
cierto, el pasado diciembre en el Tribunal Constitucional al presentar los
Comentarios a la Constitución Española que editó la Fundación Wolters Kluwer y
en donde te di el que iba a ser mi último abrazo. El privilegio del que te
hablo se desarrolló en la nueva sede de tu despacho (Pérez Llorca Abogados) en
la que me hiciste de orgulloso Cicerone por la biblioteca, las salas y
despachos. Fue a finales de octubre de 2018. No me podías decir que no, pero
estabas desbordado. Yo dirigía un libro que titulamos “40 años de la
Constitución Española: Protagonistas de la Justicia”. Te pedí un artículo sobre
el debate y la razón de ser de los contenidos de los Títulos VI y IX y del
artículo 24… Me pediste árnica y lo transformamos en una entrevista en una de
las modernísimas salas de tu despacho (bueno, siempre decías que el emprendedor
de la nueva etapa era tu hijo Pedro). Fuiste más bien parco en las respuestas,
pero me volviste a enseñar tantas cosas…. La entrevista la titulé “La fuerte
opción por el Estado de Derecho”. Así comenzaba “en la vida se nos
presenta la oportunidad, al menos de vez en cuando, de alcanzar alguno de los
calificados como lujos materiales que, ciertamente, resultan casi siempre
efímeros o evanescentes. Cuando se cruza en nuestro camino uno de los que
calificamos de lujos espirituales, su fuerza los dota de vocación de
permanencia en cuanto son, en sí mismos, enriquecedores, además de
imperecederos. Pasar un par de horas de charla con José Pedro Pérez-Llorca
constituye uno de esos lujos del espíritu, que se marca en la retina de lo
inolvidable.”
Un grandísimo abrazo José Pedro. Permanecerás por siempre en
mi corazón. Y en el de nuestro común amigo, Gabi Cisneros.