Bruselas 24 de octubre el año 2016
Director General Beyrer, señoras y
señores,
Permítanme comenzar dándole las gracias
por la invitación. Estoy muy contento de estar aquí hoy en este evento que va
directamente al corazón del debate sobre el futuro de Europa.
Nuestro sistema de energía está al borde
de una revolución que cambiará nuestra forma de consumir y producir energía, y
el futuro a prueba de nuestra economía.
Es cierto que en los últimos años, el
mercado de la energía ya ha evolucionado desde los viejos tiempos de monopolio
a un sistema de mercado liberalizado.
Pero tenemos que ir mucho más allá y mucho
más rápido y también mirar más allá del sector de la energía por sí sola.
Después de todo, ahora estamos trabajando en una nueva realidad.
Ahora tenemos algunos de los más
ambiciosos compromisos climáticos en el mundo. Gracias al liderazgo de la UE
que trajo el mundo con nosotros, ayudando a dar forma al acuerdo de París y por
el logro de su entrada en vigor gracias a la ratificación rápida de la UE.
Pero con ese liderazgo, viene una mayor
responsabilidad. Esto significa que tenemos que llegar a enfrentarse con los
desafíos y oportunidades que vienen con la descarbonización.
Y quiero ser absolutamente claro: hay que
hacerlo de una manera que aumenta nuestra competitividad y crea los empleos y
el crecimiento que necesitamos.
Así que hoy quiero esbozar lo que el
sistema energético europeo del futuro se verá así y cuáles son las medidas
concretas que vamos a proponer para que sea una realidad.
El mercado de la energía del futuro
Cualquiera que sea la
forma en que miramos, el sistema de energía del mañana tendrá que mirar
completamente diferente a lo que lo hace ahora.
Esa es la conclusión natural para dibujar
si se considera que, en el año 2030, la mitad de la generación de electricidad
provendrá de fuentes renovables. O si cree que en 2050 nuestra electricidad
tendrá que estar completamente libre de carbono.
El mercado de la electricidad en los
próximos diez años se caracteriza por la producción de electricidad más
variable y descentralizada.
Y también será impulsado por una
revolución tecnológica que dará a los consumidores la oportunidad de
convertirse en agentes activos en los mercados a través de respuesta de la
demanda, el autoconsumo o el almacenamiento.
Pero este tipo de cambio no sucede durante
la noche y que no sucede sin una política clara y un marco regulatorio.
Y quizás lo más importante, la reforma del
mercado eléctrico no debe ser visto de manera aislada, sino como una piedra
angular de la descarbonización de todo nuestro sistema energético. Después de
todo, una fuente de alimentación sin carbono puede proporcionar una importante
contribución a nuestros esfuerzos a verde los sectores de transporte y
calefacción así.
Y eso es exactamente por qué antes del
final del año vamos a proponer un amplio paquete de medidas que ayuden a lograr
una revisión radical del sistema energético de toda la UE.
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